El propósito divino del trabajo
Un poco de historia y reflexión en el Día del Trabajo.
La conmemoración internacional del 1 de mayo como el Día del Trabajo tiene su origen en la represión de una manifestación obrera en Chicago, Estados Unidos, ocurrida precisamente el primer día de mayo de 1886.
En México, durante la Revolución Mexicana, la Casa del Obrero Mundial fundada en 1912, era el único movimiento obrero con representación nacional. Entre sus fundadores estaban Juan Francisco Moncaleano y Vicente Becerril Casas y sus objetivos eran conseguir mejores beneficios laborales como aumentos salariales, indemnizaciones por accidentes o por muerte en el desempeño del trabajo, jornadas laborales justas, entre otros. Pero fue hasta 1913 que en México se conmemoró públicamente por primera vez el Día del Trabajo, así lo narra Alberto Morales Jiménez en su libro La Casa del Obrero Mundial.
Pero la verdad es que el ser humano está ligado al trabajo desde el primer día que Dios lo creó. Como lo señala la Biblia en Génesis 2:15, “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto del Edén, para que lo labrara y lo guardase”. La escritora Elena G. de White profundizando más sobre el tema escribió: “Adán no había de quedar ocioso. Apenas fue creado, se le dio su trabajo. Había de hallar empleo y felicidad en cultivar las cosas que Dios había creado; y en respuesta a su trabajo, sus necesidades iban a ser abundantemente suplidas con los frutos del jardín del Edén.”
Entonces cuando hablamos de trabajo, hablamos de un mandamiento dado por Dios (Éxodo 20:9), y esta indicación fue dada con el propósito de perfeccionar el carácter del ser humano y como una manera de cooperar con Dios en el mantenimiento del mundo recién creado.
En la sociedad moderna, el trabajo no solo es un medio para obtener un sustento, sino también una fuente de realización personal y contribución social. Nuestras labores cotidianas no solo impactan nuestras vidas, sino también el tejido mismo de la comunidad global. Desde la innovación tecnológica hasta la atención médica, desde la educación hasta la sostenibilidad ambiental, cada uno de nosotros, en nuestros diversos roles y profesiones, desempeña un papel crucial en la construcción de un futuro próspero y equitativo para todos. En este sentido, el trabajo no solo es un mandato divino, sino también una herramienta poderosa para el progreso humano y la realización del potencial individual y colectivo.
En este próximo 1 de mayo, mientras descansas, dedica tiempo para reflexionar sobre la bendición que Dios te ha dado al tener un trabajo, que más que una relación laboral, en la comunidad de la Universidad de Montemorelos lo vemos como un ministerio, como una misión, un lugar donde además de obtener un sustento para nuestras familias podemos cultivar nuestro carácter y cooperar con Dios en la preparación de un ejército de misioneros que su unirán a nosotros en la proclamación del evangelio con la esperanza adventista de un mundo nuevo. ¡Bendito trabajo!
Para escribir este blog, el autor consultó las siguientes fuentes:
Gobierno de México. (2022). 1 de mayo: día del trabajo. Recuperado de https://www.gob.mx/profedet/articulos/1-de-mayo-dia-del-trabajo-105473?idiom=es
Morales Jiménez, Alberto (2007) La Casa del Obrero Mundial — Ensayo Histórico — Ediciones HL
Reina-Valera. (1960)
White, E. G. (1996). La Educación cristiana. Asociación Publicadora Interamericana
Editoras: Laura Marrero y Brenda Cerón.
