¿Cuánto valoras tu sonrisa?
Un relato de esperanza y cuidado comunitario.
En los rincones de la colonia Martínez Domínguez, en Montemorelos, reside una mujer cuya historia ha tocado los corazones de aquellos que la rodean. A sus 68 años, María Elena Corpus enfrentaba un desafío que iba más allá de lo físico: la ausencia total de sus dientes.
Para María Elena, cada bocado era un recordatorio doloroso de su limitación, cada sonrisa un anhelo silencioso de sentirse completa nuevamente. Fue en medio de esta lucha diaria que se encuentra con una posibilidad de cambiar su situación: el programa Salud en Casa coordinado por la Dirección de Universidad Promotora de la Salud (UPS) de la Universidad de Montemorelos, que tocó a su puerta para atender diferentes necesidades y descubrieron su necesidad desesperada de prótesis dentales.
Con determinación y compasión, el equipo de UPS se propuso restaurar la sonrisa de María Elena. Desde las impresiones iniciales hasta la entrega final de las prótesis, cada paso del proceso estuvo marcado por el cuidado y la atención personalizada que ella merecía, incluyendo el transporte desde la puerta de su casa hasta la Clínica Dental Universitaria (CDU) del Hospital la Carlota quienes en asociación con UPS y el Hospital Adventist Health White Memorial, de Los Ángeles, California, y el sistema de atención médica adventista Advent Health llevaron a cabo este programa de apoyo.
Y así, después de un proceso de tres meses llegó el día en que María Elena recibió sus nuevas prótesis. Con lágrimas en los ojos y una sonrisa radiante en su rostro, María Elena expresó su gratitud y emoción por la oportunidad de volver a comer bien y sonreír sin reservas.
“Por fin puedo volver a masticar y sonreír tranquilamente. Ustedes han sido una bendición para mi familia. Gracias por estar siempre al pendiente de mí”.
La historia de María Elena es una de tantas que resaltan la importancia de la salud bucal y los desafíos que enfrentan quienes carecen de acceso a la atención adecuada. Problemas como los de María Elena no solo afectan la funcionalidad oral, sino también la autoestima y la calidad de vida de las personas.
Más que regresar sonrisas, los servicios proporcionados con programas como Salud en Casa, transforman vidas y comunidades enteras. En un mundo marcado por la adversidad, estas iniciativas nos recuerdan la importancia de mirar hacia los demás y tender una mano amiga cuando más se necesita.
Además de recuperar su sonrisa, María Elena recuperó su esperanza en la humanidad y su fe en un futuro más luminoso. Su historia es un testimonio del poder transformador del cuidado comunitario y la solidaridad. Y nos invita a todos a seguir su ejemplo, haciendo nuestra parte para construir un mundo más compasivo y solidario para todos.
Fuente: Universidad Promotora de la Salud, Reportera de campo: Lisandra Vicente, editora: Brenda Cerón.
